Para tí, que llenaste mi mundo de alegría.
No sé cómo agradecerte tanto amor, no sé cómo agradecerte el estar a mi lado: eres mi ilusión, mi fuerza, mi combinación perfecta.
Eres mi razón, mi amor bonito, mi desayuno en las mañanas, eres ese ángel que pedí con tanta fuerza. Hoy no sé cómo agradecerte por tanto amor.
Gracias una vez más por ser luz en mi oscuridad, por darme cada minuto de amor, de comprensión y, además, tenerme tanta paciencia. Has sido mi pedacito de alma, mi compañero fiel, mi más bello sentimiento, la magia de mis alegrías.
Te debo la vida: rescataste cada ilusión pérdida en un alma que estaba teñida por el dolor y la desesperación, me diste nuevos sueños y sigues cultivando en mí la pureza de tus años, de tus experiencias.
Quédate a mi lado, aunque no sepa aún cómo agradecerte; un día lo hallaré, pero para eso necesito estar a tu lado amándote, te siento en cada latido de mi corazón que siente júbilo al verte.
Encontré el norte al escuchar tu voz. Gracias por cambiar mi vida, mi mundo, por darme fuerzas por tu amor tan real, por darme compañía, familia, un hogar, y la dicha de tenerte a mi lado aún cuando no creía merecer tu amor.
Gracias por tu confianza y por darme la oportunidad de crecer a tu lado.
Nuevamente no sé cómo agradecerte por tanto, por tanto amor.
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